Innovaciones tecnológicas combaten la crisis del agua

La crisis de acceso al agua potable es uno de los problemas más alarmantes del siglo XXI. Millones de personas en todo el mundo enfrentan dificultades para obtener este recurso básico, lo que agrava problemas de salud y desigualdad social. Ante este panorama, la tecnología se ha convertido en un aliado clave para ofrecer soluciones innovadoras que garantizan agua limpia y segura.

De acuerdo con la ONU, más de 2.000 millones de personas carecen de servicios de agua potable gestionados de manera segura, y para 2050, la mitad de la población mundial podría enfrentar graves niveles de estrés hídrico. En este contexto, las innovaciones tecnológicas, como sistemas de riego inteligentes y desalinizadoras accesibles, están optimizando el uso del agua, mejorando su calidad y ampliando su disponibilidad.

Un ejemplo destacado es el sistema de purificación de agua IonAg+, desarrollado por Rema Solutions. Este sistema de bajo costo y mantenimiento utiliza iones de plata para desinfectar el agua sin alterar su sabor u olor. "Es una nanotecnología que funciona sin necesidad de electricidad ni productos químicos, haciendo una desinfección bacteriológica completa", explica Alexis Ortega, cofundador de IonAg+.

La relevancia de este tipo de soluciones radica en su capacidad para llegar a las poblaciones más afectadas. Según UNICEF, 4.400 millones de personas carecen de agua potable en países de ingresos bajos y medios. Tecnologías como IonAg+ no solo son costosas, sino que también mejoran la calidad de vida de millones de personas vulnerables.

Hasta la fecha, el sistema IonAg+ ha beneficiado a más de 125 mil personas en comunidades rurales de México y América Latina. "Hemos instalado más de 20.000 sistemas en países como Tailandia, India y Nepal, sensibilizándonos sobre las desigualdades que enfrentan estas comunidades en comparación con las zonas urbanas", agrega Ortega.

Aunque la tecnología ofrece herramientas poderosas para enfrentar la crisis del agua, su éxito dependerá de su integración con políticas públicas sólidas. Solo con un enfoque integral podremos garantizar un acceso equitativo al agua y construir un futuro sostenible.

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