América Latina lidera la revolución tecnológica para la sostenibilidad energética

La urgencia de abordar el cambio climático y construir un futuro energético sostenible ha llevado a una transición imperativa hacia fuentes de energía más limpias. En esta transformación, la inversión tecnológica se ha revelado como un factor clave, impulsando el desarrollo económico y modificando los sistemas de energía convencionales a nivel global.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2020 estaban vinculadas al consumo de energía, subrayando la necesidad acuciante de adoptar medidas sostenibles.

A pesar de los desafíos, América Latina ha emergido como el segundo destino de inversiones en energías renovables a nivel mundial desde 2010, representando un 17% del total de proyectos. Esta región, encabezada por países como Brasil, Colombia y Chile, ha experimentado una revolución en su transición energética, adoptando tecnologías emergentes como el hidrógeno verde para fortalecer su posición en el uso de energías renovables, según destaca José Morillo, director de energías renovables e industria en Latam de Prysmian Group.

Entre las tecnologías más destacadas, la implementación de smart grids o redes inteligentes se posiciona como un actor clave en la sostenibilidad, permitiendo la integración eficiente de energías renovables como la solar y la eólica.

José Morillo subraya la importancia de las smart grids, proyectando su crecimiento a más del doble para 2030, no solo a nivel global, sino también en países latinoamericanos como México, Perú, Costa Rica y Colombia. Estas redes inteligentes no solo facilitan la gestión activa de la demanda y la carga inteligente de vehículos eléctricos, sino que también mejoran la resiliencia del sistema eléctrico al detectar y responder rápidamente a fallas, contribuyendo así a un enfoque más sostenible y eficiente en la gestión global de la energía.

La transición energética en América Latina se erige como un faro de innovación tecnológica, liderando la adopción de energías renovables y la implementación de infraestructuras más inteligentes. Aunque los avances son notables, la importancia de hacer la transición económicamente sostenible, instando a gobiernos y empresas a colaborar para hacer que los proyectos sean más eficientes y atractivos, con el objetivo de reducir la huella de carbono a largo plazo.

Lee el artículo completo en la revista The Public dando click aquí.