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La captura de carbono emerge como una tecnología eficaz contra el cambio climático

La tecnología de captura de carbono está emergiendo como una solución clave para combatir el cambio climático, desde la reducción de emisiones hasta la reutilización creativa del CO2.

La captura de carbono emerge como una tecnología eficaz contra el cambio climático
La captura de carbono emerge como una tecnología eficaz contra el cambio climático

La crisis climática avanza implacable, pero la captura de carbono emerge como una esperanza tecnológica en la lucha contra el calentamiento global. Esta tecnología no solo apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también a reutilizar el CO2 liberado.

Las estadísticas son alarmantes: en 2019, se liberaron cerca de 43,100 millones de toneladas de CO2 en la atmósfera debido a actividades humanas. Sin embargo, la emisión de dióxido de carbono, aunque desafiante, es un problema con soluciones accesibles que están en nuestras manos.

La captura de carbono, una tecnología desarrollada por diversos sectores científicos, se presenta como una solución prometedora. No solo captura el CO2 emitido, sino que también ofrece la posibilidad de almacenarlo de forma segura o reutilizarlo en otros procesos.

Esta tecnología, denominada CCS (Captura y Almacenamiento de Carbono) o CCU (Captura y Uso de Carbono), se basa en dos fases fundamentales: la captura y el transporte. La primera retiene el carbono durante la producción industrial, mientras que la segunda garantiza un transporte respetuoso con el medio ambiente.

Aunque la captura de carbono ha evolucionado considerablemente en los últimos años, con numerosos proyectos en marcha en la Unión Europea y otros países, España aún se rezaga en este campo.

Existen tres métodos principales para capturar el carbono: precombustión, oxicombustión y postcombustión. Aunque la postcombustión es la más utilizada debido a su aplicabilidad en las fábricas existentes, los otros dos métodos prometen resultados más eficientes.

El almacenamiento es una fase crucial del proceso de CCS, que requiere encontrar entornos seguros y estables, como formaciones geológicas profundas o zonas de almacenamiento mineral, para evitar fugas o deterioro del CO2 capturado.

El CO2 capturado puede reutilizarse en la producción de combustibles sintéticos, materiales de construcción e incluso alimentos, contribuyendo a la sostenibilidad en diversos sectores.