Pac-Man: el legado y sus secretos

Cuando Toru Iwatani ideó Pac-Man en 1977, buscaba atraer a un público más diverso al mundo de los videojuegos, rompiendo estereotipos y creando un nuevo género de entretenimiento.

En sus inicios, el juego se llamaba Puckman, pero se cambió para evitar malentendidos en el mercado estadounidense. Esta precaución no impidió que se convirtiera en un fenómeno mundial.

Pac-Man no solo marcó récords de ventas y popularidad, sino que también inspiró competiciones globales, como el campeonato mundial de 2007, donde Daniel Borrego se coronó como el mejor.

Cada aspecto del juego, desde el diseño de los fantasmas hasta la jugabilidad infinita, fue cuidadosamente planeado por Iwatani y su equipo en Namco.

A lo largo de las décadas, Pac-Man ha evolucionado, dando lugar a múltiples versiones y expansiones de su universo, incluyendo personajes como Ms. Pac-Man y Jr. Pac-Man.

Su impacto en la cultura popular es innegable, siendo reconocido como el videojuego más emblemático del siglo pasado, con récords en el Libro Guinness y una base de fanáticos dedicados en todo el mundo.

Pac-Man sigue siendo un símbolo de la creatividad y la innovación en la industria del entretenimiento, recordándonos que los juegos pueden trascender generaciones y fronteras, dejando una marca indeleble en la historia.