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Científicos suizos logran crear oro en laboratorio

Investigadores del LHC en Suiza crearon átomos de oro al colisionar plomo a gran velocidad, replicando condiciones cercanas al Big Bang.

Científicos suizos logran crear oro en laboratorio
Científicos suizos logran crear oro en laboratorio

Durante siglos, la alquimia fue la esperanza de quienes buscaban transformar metales comunes en oro. Aunque la ciencia moderna descartó esa posibilidad con base en la química, recientes hallazgos desde el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), en Suiza, indican que la transmutación es posible bajo condiciones extremas.

Un equipo de investigadores del experimento ALICE, dedicado a estudiar los orígenes del universo, consiguió generar átomos de oro al hacer chocar núcleos de plomo a velocidades cercanas a la de la luz. Este proceso no fue intencional, pero sí replicó estados de materia similares a los que existieron justo después del Big Bang. En ese entorno, se alcanzaron temperaturas que superaban por 100 mil veces el calor del centro del Sol.

 

 

En este caótico escenario, la intensa interacción entre los núcleos de plomo provocó la pérdida de protones, reorganizando las partículas subatómicas y dando lugar a nuevos elementos. Entre ellos, aparecieron núcleos de oro. Aunque estas cantidades fueron ínfimas —menos de 30 billonésimas de gramo—, el hallazgo demuestra que, al menos en teoría, es posible alterar la estructura de un átomo para convertirlo en otro.

Los detectores especializados del LHC, conocidos como calorímetros de grado cero, permitieron a los científicos confirmar la presencia de estos nuevos átomos. El experimento reveló la producción de otros elementos como mercurio y talio, resultado de la pérdida de uno o dos protones en lugar de tres. Sin embargo, los átomos de oro generados fueron inestables y desaparecieron en fracciones de segundo.

Más allá de su valor simbólico o económico, este descubrimiento permite avanzar en el conocimiento de la materia en sus formas más elementales. Para la comunidad científica, el oro creado accidentalmente representa más un obstáculo técnico que una fuente de riqueza. Aun así, comprender este fenómeno es clave para diseñar nuevas investigaciones sobre el origen y comportamiento de la materia, en un mundo donde ciencia y naturaleza se entrelazan constantemente.