Trump impulsa una IA sin ideologías: un cambio de rumbo en la política tecnológica
Donald Trump firmó una orden ejecutiva para revisar las normativas de IA implementadas bajo la administración Biden, priorizando la innovación y eliminando lo que considera restricciones innecesarias.
En un movimiento que redefine las prioridades tecnológicas de Estados Unidos, Donald Trump firmó una orden ejecutiva destinada a establecer una inteligencia artificial (IA) "libre de sesgos ideológicos". Este decreto revoca regulaciones implementadas por la administración Biden, las cuales Trump ha calificado de obstáculos para la innovación en el sector tecnológico.
El documento estipula una revisión exhaustiva de todas las normativas y directrices emitidas en 2023 bajo la administración anterior. Cualquier política que no cumpla con los principios de "fomentar el bienestar humano, la competitividad económica y la seguridad nacional" será suspendida. La decisión busca garantizar el liderazgo global de Estados Unidos en IA y alinear las tecnologías emergentes con un enfoque centrado en la innovación del sector privado.
Según la orden, el gobierno también tiene 180 días para desarrollar un plan de acción sobre IA. Este esfuerzo será liderado por un grupo de expertos de la Casa Blanca, incluidos el nuevo asesor especial en IA y criptomonedas, David Sacks, exejecutivo de PayPal. Este enfoque refleja las promesas de campaña de Trump de desmantelar las medidas reguladoras impuestas por su predecesor y fomentar un ecosistema tecnológico más competitivo.
Bajo la administración Biden, se habían implementado salvaguardas destinadas a prevenir daños al público derivados del uso de herramientas de IA, así como directrices para evitar la amplificación de sesgos raciales o de género. Estas regulaciones, que también incluían la obligación de compartir detalles de los sistemas más avanzados antes de su lanzamiento, han sido eliminadas por considerar que imponían cargas innecesarias al sector privado.
La medida ha generado reacciones mixtas. Organizaciones como Americans for Responsible Innovation han expresado su respaldo, argumentando que esta política refleja el compromiso de Trump con superar a otras naciones en avances tecnológicos. Eric Gastfriend, director ejecutivo de la organización, describió la orden como "un paso preliminar" hacia una estrategia más ambiciosa.
Sin embargo, las críticas también han sido contundentes. Alondra Nelson, exdirectora interina de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca bajo Biden, calificó la medida como "un retroceso" que amenaza con deshacer esfuerzos para proteger a los ciudadanos y regular la IA en ámbitos como la educación, el empleo y la ciberseguridad. "En 60 días veremos qué derechos y seguridad de los estadounidenses está dispuesto a proteger el gobierno de Trump en la era de la IA", declaró Nelson.
Entre tanto, la decisión también se alinea con las ideas de asesores como Elon Musk, quien ha criticado la existencia de una "IA ideológica" y aboga por un enfoque menos regulado.
La orden ejecutiva de Trump marca un cambio significativo en la política tecnológica de Estados Unidos, priorizando la competitividad económica sobre las regulaciones impuestas previamente. Aunque las intenciones son claras, el impacto real de estas decisiones dependerá de la estrategia que se implemente en los próximos meses y de cómo se equilibre la innovación con la protección de los derechos y la seguridad de los ciudadanos.